¿WI-Fi como sistema de detección personal?

Dentro de las noticias que tienen que ver con los avances tecnológicos orientados al futuro hay un grupo muy especial, el de los estudios o proyectos que, aun manteniendo un evidente interés tecnológico y posibles aplicaciones atractivas, no deja de generar cierta inquietud. El estudio realizado por un equipo del MIT sin duda se encuentra dentro del este grupo.

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Y lo hace porque incide precisamente en una de las claves generadoras de debate en relación a la tecnología más importantes de la última década: la privacidad.

Cómo podemos comprobar en el sitio web del MIT preparado tal efecto, este equipo humano se encuentra investigando sobre la posibilidad de utilizar la señal Wi-Fi ya existente para la localización de personas. Hasta aquí podríamos pensar en un sistema de localización más, en el que lo que se pudiera buscar es simplemente generar procesos de ubicación del usuario a través del uso de las tecnologías, pero lo cierto es que nada de esto es así.

Estas investigaciones han generado que la técnica desarrollada, denominada RF Capture es perfectamente capaz en un estado primario como el que aún posee, de generar identificación de formas humanas, e incluso de movimientos de extremidades de dichas formas. Todo ello sin ningún tipo de prejuicio ni obstáculo por barreras físicas como paredes o similar. Esto llevaría a un más allá en el que cada vez se vaya afinando la resolución del mapa obtenido de manera que, siempre según el equipo de investigación, se pueden incluso llegar a detectar cuestiones como problemas de salud cardio respiratorios ya que, incluso en un estado tan poco desarrollado poco desarrollado como la actual la tecnología ya es capaz de detectar el ritmo de la respiración y los latidos del corazón.

Pero más aún. Esta investigación ha descubierto que el uso de las señales WI Fi  no sólo pueden componer un mapa humano, sino que cada persona responde de una manera diferente a estas señales, componiendo una silueta única e intransferible que de hecho se convierte en una especie de huella digital personal. Esto ya asusta un poco más: la tecnología no sólo va a ser capaz de identificar los movimientos en genérico de un ser humano, sino que va a ser capaz de detectar un mapa personalizado en el que se puede llegar a reconocer a una persona de manera exacta, y todo ello, no olvidemos, simplemente utilizando los entornos de Wi Fi ya existentes.

El equipo se encuentra centrado en la actualidad en la generación de algoritmos de aprendizaje por parte del sistema para, precisamente, ser capaz de afinar esta personalización al máximo. Alejándolo de momento de otras perspectivas (más discutibles) este equipo propone la generación de dispositivos de digitalización para monitorizar, por ejemplo, a personas mayores en sus hogares ante posibles accidentes, equipos que sean capaces de gracias a este sistema de reconocimiento detectar las anomalías o los problemas y automáticamente avisar a las asistencias pertinentes.

Sea como fuere se trata sin duda de un avance muy interesante pero, que a la vez, nos produce esa contradicción habitual siempre que se trata de cuestiones relacionadas con el control de las personas y la privacidad de las mismas, con el añadido que además, en este caso, la generación de señales Wi Fi libres, cada vez mayor en todos los entornos, crearían una especie de campo de juego universal en el que se hace difícil plantear un control exhaustivo del uso positivo o negativo de una tecnología de estas características.

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