Por todo el mundo es sabida la vocación totalizadora de Google, que empezó siendo un «sencillo» buscador de información en Google y ahora se extiende por una infinidad de campos relacionados con la tecnología. Una de las pretensiones más ambiciosas de la compañía de Mountain View es llevar la conectividad a Internet a la mitad del planeta que aún no tiene acceso a la red de redes y que de momento no se lo puede permitir, para lo cual se han desarrollado proyectos como Balloon, con la idea de poner una gran cantidad de globos en la estratosfera que ofrezcan esta posibilidad en áreas remotas del planeta.
No obstante esta noticia es aún de mayor alcance, puesto que se ha hecho pública la inversión de Google en la compañía Space X, del ya famoso emprendedor Elon Musk, para poner en marcha una red de satélites que ofrezcan conexión a Internet a 3,000 millones de personas. La operación en concreto se ha materializado con la participación de Google y Fidelity en una ronda de inversión por valor de 1.000 millones, lo que en la práctica le da a los participantes un 10% de la compañía de Musk.
No obstante, llevar a cabo la construcción de esta macro red de comunicaciones no será sencillo ni barato, puesto que se estima que este proyecto llevará cinco años y costará alrededor de 10.000 millones de dólares. No obstante, para Google es un proyecto que sin duda merecerá la pena, no solo por sus fines altruistas (que también los tiene), sino porque cuanta más gente acceda a Internet más clientes tendrá Google. La ecuación es sencilla.
Si hasta el momento los avances que ha conseguido la colaboración de una parte de la humanidad a través de Internet en las últimas dos décadas ha sido impresionante, cabe preguntarse qué resultados ofrecerá para la humanidad el hecho de hacer partícipes de esta tecnología a la mitad del planeta que hasta el momento no había tenido oportunidad de conectarse a la red de redes. La conectividad a Internet, entendida como un derecho, cobra pleno sentido con iniciativas de este tipo ante las que no cabe otra cosa más que aplaudir.